Dejen al cantor cantar y a la danzarina remolinear los pies.
Y déjenme tener un momento de alegría.
Dejen a mi alma estar serena, esta noche,
tal vez pueda dormir, y durmiendo
contemplar un mundo más brillante,
y ver criaturas celestiales,
caminando hacia mi mente.
Los Dioses de la Tierra de Kahlil Gibran